El desplazamiento forzado en Colombia. Reinvención
de la identidad e implicaciones en las culturas locales y nacional (Resumen)
Uno de los fenómenos más alarmantes del mundo actual, parece ser el de
los éxodos de poblaciones enteras, desarraigadas de sus lugares de origen y
residencia por motivos bélicos, que se ven forzados a buscar nuevos lugares de
refugio para salvarse y reconstruir sus vidas por fuera del fragor de las
batallas y lejos del control autoritario de gobiernos o grupos armados que
intentan la exclusividad del poder en sus territorios y que prefieren perder
ciudadanos antes que convivir con las diferencias culturales, étnicas,
religiosas o políticas (1)
Colombia, con un conflicto armado cuasipermanente, con la presencia de
grupos alzados en armas de diferente signo político y una creciente
delincuencia organizada en torno a la producción y el comercio de las drogas
ilícitas, hace parte de ese conjunto de países marcados por el drama del
desplazamiento forzado y aunque la magnitud y la pervivencia del fenómeno es de
mayor alcance que el de muchos países en similares circunstancias, su situación
no ha tenido el reconocimiento internacional suficiente y al interior del país
el tema ocupa lugares marginales, tanto en las agendas de los gobiernos y de
los grupos armados, como entre la opinión pública, sobre todo la de las grandes
ciudades (2)
Podría afirmarse entonces que el desconocimiento, la indiferencia y el
silencio que cubren esta catástrofe humanitaria en Colombia -además de
intereses innegables por encubrirlo- tiene que ver con su complejidad y
diferenciación que no permiten inscribirlo en los modelos interpretativos
vigentes y que lo hace irreductible a otras experiencias contemporáneas como
las de los Balcanes, la Europa Oriental, el África Central y los más recientes
de Timor Oriental y Chechenia (3)
En este contexto se abordará, en una primera parte, una especie de identificación
nacional para el desplazamiento forzado de población en Colombia. Sus
características se definen de la siguiente manera: en primer lugar, es un eje
de la larga duración que no se reduce a una coyuntura especial de agudización
del conflicto armado interno; en segundo lugar, se inscribe en una
confrontación armada multipolar y con presencia diferencial en las regiones,
contrario a lo que ocurre en la mayoría de los países hoy afectados por éxodos
forzados; en tercer lugar, las víctimas del desplazamiento son diversas, es
decir, no pertenecen a una etnia, a una religión, a una clase o a un grupo
social específico. Estas especificidades contribuyen a hacer del desplazamiento
interno forzado en Colombia algo muy complejo y profundamente heterogéneo,
difícil de aprehender y de medir presentando rasgos que facilitan su
invisibilización y su dilución en el marco omnipresente de una guerra
irregular.
En una segunda parte, se explorará la forma como la comunidad nacional,
los territorios y pueblos regionales, se reestructuran alrededor de un estado
de guerra cuasipermante con su correlato de soberanía en vilo. En efecto, la
fragilidad y desintegración de la Nación, unida a la virtualidad de los
derechos y a la profunda debilidad del demos, generan e incrementan las
incertidumbres y multiplican los "ambientes generalizados de
desconfianza", lo que tiene efectos innegables sobre todas las tramas de
sociabilidad, en las cuales se sustentan los conjuntos poblacionales y
comunitarios. La virtualidad de los derechos, la fragmentación de la Nación y
la debilidad del demos, afectarían en principio a todo el corpus político del
país y el riesgo latente cubriría a todos los ciudadanos, pero es indudable que
las poblaciones más vulnerables serían aquellas situadas en los territorios en
disputa y en las zonas estratégicas para el control militar de alguno de los
actores armados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario